Bendición de los campos, las tierras de cultivo y los terrenos de pastos (I). Provincia de Soria.

Almajano.

Arranco la hoja del almanaque, como todas las mañanas, era la última del mes de abril. La primavera avanzaba, comenzaba el mes de las flores y el ciclo de la vida del campo soriano seguía su curso. Pronto llegaría el día tres, día de la Cuz de Mayo, reservado en el pueblo donde nació para realizar el rito, la costumbre tradicional, de la bendición de los campos.

En el altozano estaba clavada la cruz, era de sabina, una madera resistente a las inclemencias meteorológicas. Tenía labradas cuatro pequeñas hendiduras, donde se juntan sus dos brazos con el pie, también en forma de cruz, una por cada punto cardinal. 

El sacerdote acababa de llegar al pueblo, pronto comenzará el ritual religioso. El sonido de las campanas se propaga por el aire, la primera, la segunda y la tercera. Hasta la iglesia, poco a poco, los feligreses con ropa limpia van llegando.

Después de celebrar la misa, comienzan los preparativos para la procesión. Irán hasta la cruz de la hoja de Arriba, que es donde este año están sembrados los campos. En el pueblo hay dos cruces, una en cada hoja en que está dividido el término.

Pendón, estandarte y la cruz, delante; sacerdote y monaguillos con incensario, hisopo y el acetre o caldero pequeño con agua bendita, le siguen; y detrás los fieles hacen el camino cantando salmos.

El oficiante va pronunciando las palabras sagradas y bendiciendo los campos. Agua bendita e incienso, a las cuatro direcciones: este, sur, oeste y norte.  Los fieles a su vez dirigen sus cuerpos, sus miradas y sus rezos a estos puntos. En cada uno de los lados de la cruz principal, el sacerdote  pega una pequeña cruz de cera bendecida.

Esas cruces consagradas, son cruces protectoras, una manifestación de la religiosidad campesina. La tradición y la fe determinan que si se coloca una de ellas en la cámara o somero de la casa, la protegerá y también a los que en ella habitan.


La mayoría de las cruces de madera que conozco son sencillas y lisas, en raras ocasiones poseen elementos decorativos o inscripciones. Pongo como ejemplo, unas imágenes de estas últimas: 

Galapagares.
Inscripción. Quintanas Rubias de Abajo.

Año 1863. La Cuenca. 

Inscripción. Madruédano

Las cruces de madera con el paso de los años y la falta de mantenimiento se van deteriorando. Algunas se pierden para siempre, en ocasiones son sustituidas por otras de madera y otras veces por cruces de hierro o cemento

Señuela

Los pocos vecinos, en muchos casos de edad avanzada, que quedan en los pueblos, se esfuerzan por mantener viva esta tradición.

Adradas.
Atauta.
Paones.

Donde hubo fuego, cenizas quedan, dice el refrán. Hasta la década de los sesenta del siglo pasado la provincia de Soria era una provincia agrícola y ganadera, una sociedad fundamentalmente rural. En los pueblos había vecinos, en los pueblos había cura. "Buena cosecha, pero mejor podría haber sido", dijo el campesino.

Santa María de las Hoyas (So).

Lo que en la actualidad podemos contemplar sobre la bendición de campos son los restos de una de las mayores manifestaciones de la religiosidad rural soriana, junto con las rogativas, los conjuros de nublados, para espantar tormentas, o plagas y la bendición de animales el día de su patrono San Antonio Abad.  

Torreblacos (So).

No en todos los casos fueron cordiales las relaciones entre Ayuntamientos, representados por su alcalde, y los señores curas, a consecuencia del abono dinerario por realizar procesiones de rogativas y bendiciones de campos.

Un ejemplo lo tenemos en juicio verbal civil, que se celebró en el Juzgado municipal de Herrera (So), sobre derechos parroquiales. El demandante fue D. Deogracias Almería Sancho párroco y el demandado Gregorio de Pablo, el motivo la reclamación de seis celemines de trigo puro que se le debían procedentes de Misas votivas, bendición de campos y conjuros

En la sentencia inicial se condena a D. Deogracias Almería al pago de las costas causadas y al del papel invertido en este juicio y se absuelve al demandado Gregorio de Pablo. 

Cruz de Herrera (So).

Pero dicha sentencia es apelada, emitiendo Sentencia el Juzgado de primera instancia del Burgo de Osma, en mil ochocientos noventa y nueve, copio parte de dicha Sentencia. 

Cruz de bendición de campos de Herrera (So).

En la villa del Burgo de Osma, el Sr. D. Heliodoro Fernández, Juez de primera instancia de la misma y su partido, habiendo visto el juicio verbal civil celebrado en el Juzgado municipal de Herrera, entre partes, como demandante D. Deogracias Almería, y como demandado Gregorio de Pablo, vecinos de dicho pueblo, sobre reclamación de seis celemines de trigo puro, y Resultando: Que D. Deogracias Almería y Sancho, demandó en juicio verbal a Gregorio de Pablo vecino de Herrera, para que le satisficiera seis celemines de trigo puro que le es en deber, procedentes de Misas votivas, bendición de campos y conjuros, lo que sostuvo en el acto del juicio fundado entre otras cosas que es de costumbre inmemorial que según el demandante tiene fuerza de ley) ha venido satisfaciéndose dicha cantidad de trigo por los vecinos de dicho pueblo, tanto a los párrocos anteriores al demandante como al mismo, según convenio que el Ayuntamiento del pueblo de Herrera acordó en cierta sesión a virtud de exposición que elevaron al Ilmo. Sr. Obispo de esta Diócesis, la que autorizaron con sus firmas, casi todos los vecinos de dicho pueblo. 

Exponiendo después resultandos y considerandos, y en vista de los argumentos legales emite el fallo.

Fallo: Que revocando como revoco la sentencia apelada por cuanto en ella se condena a D. Deogracias Almería al pago de las costas causadas y al del papel invertido en este juicio y se absuelve al demandado Gregorio de Pablo, debo condenar y condeno a este, a que satisfaga al referido Deogracias Almería y Sancho, la cantidad de seis celemines de trigo puro, condenándole así bien en las costas de esta instancia sin hacer expresa condenación de las del Juzgado inferior. Así por esta mi sentencia definitiva juzgando lo pronuncio, mando y firmo. Heliodoro Fernández.


La provincia de Soria es muy diversa sobre el lugar y tipo de cruz para realizar la bendición de los campos. Hay pueblos con cruces hincadas en su término y pueblos sin cruces. Pueblos con una cruz y pueblos con dos cruces, una por cada hoja de cultivo. Cruces de madera, cruces de piedra y cruces de hierro. Bendiciones en “frontones” o/y calvarios y excepcionalmente en peirones. De ello hablaré en una próxima entrada.


Para terminar decir que el título de esta entrada me recuerda a una película documental: “Aún se bendicen los campos”. La directora, Vera Herrero, nos muestra con un enfoque muy personal. la memoria y el legado de los pueblos abandonados en las Tierras Altas sorianas. Recomendada su visión por mi parte y decir que está disponible en You Tube.


2 comentarios:

  1. Un tema muy interesante el de las cruces de bendición de campos y muy poco tratado. Enhorabuena por dar un poco de visibilidad al tema y que podamos saber algo más sobre ello.
    Lamentablemente muchas de ellas perdidas ya por el olvido y el abandono.
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias Faustino por tu comentario. La bendición de campos, un tema amplio y diverso, se puede enfocar desde diversos aspectos, pero yo he intentado dar una visión muy personal. La fecha, el lugar, el tipo de cruz donde se realiza el rito: de madera, piedra, hierro, "frontones", calvarios, e incluso algún peirón, lo ampliaré en otra entrada.
      Igual que los pueblos deshabitados de tu excelente blog, de muchas de estas cruces sobre todo de madera, solo queda o quedará unas imágenes para el recuerdo.
      Un abrazo.

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