Si asciendes a él podrás contemplar, desde las ruinas del desprecio por el patrimonio, todo el Sexmo. Verás desde los montes de San Pedro hasta los de Valdeperillo. No os lo he dicho, pero pertenecí a la Villa y Tierra de San Pedro de Yanguas, luego le cambiaron el apellido por uno noble, Manrique. Soy parte del Sexmo de los Montes o de Vea, junto con las aldeas de Peñazcurna, Villarijo, Armejún y Valdemoro.
"Vea en un peñascal / donde el diablo no pudo entrar". Quizás otro día os hable de mi larga vida. Algo más de cincuenta casas, las majadas para el ganado y otras construcciones menores. Una casa, para sus consejos y la escuela, otra que habitó el cura, su iglesia y la ermita-cementerio, la fragua, su lavadero, el molino harinero y el castillo.
Llegó la década de los sesenta del siglo pasado, la agricultura de montaña y la ganadería estante, sólo daban para subsistir. Una tras otra, las familias se fueron marchando. Buscan nuevos proyectos y mejores condiciones de vida. Llegó el éxodo rural y supuso el final para mí, me convertí, poco a poco, en un pueblo fantasma.
De allí salieron, dejando sus casas y los recuerdos de una vida.
Se habían celebrado las fiestas de San Lucas. Actos religiosos y profanos, el 18 y 19 de octubre, en honor al evangelista. Una premonición y una certeza. Letras en negro sobre el yeso blanco. “Día 21 de octubre de 1962. Se va terminando el pueblo, ya se ha terminado la fiesta, que no sé si habrá más años, porque desaparecen un 90% de los vecinos. Firma: Marcos León”.
En el censo de 1960 la población de derecho del municipio era de 173 residentes. El municipio lo formaban Vea, Valdemoro (incorporado en 1941) y Peñazcurna.
Las comunicaciones deficientes, el clima y la naturaleza del suelo, son las causas. El poner en producción las tierras y evitar el éxodo de la totalidad de la población, es el fin. La repoblación forestal obligatoria, el medio. Corría el año 1964, el resultado el que se sabía y se ocultaba. El fin de un pueblo, la muerte de otro pueblo de las Tierras Altas sorianas. Boletines oficiales certifican mi defunción. Dejaron que el pueblo muriera y qué voy a hacer yo.
Era el año 1967, de oficio, por expediente, me incorporan al municipio de San Pedro Manrique, por haber quedado sin población.
Y de allí partieron y de allí se fueron, dejando su forma de vida y la belleza del paisaje. Memoria rural, memoria material e inmaterial, desapareciendo. Edificios soportando el paso del tiempo. Esqueletos de madera y piedras en equilibrio. Y la sabia naturaleza recuperando su terreno.
Como ya os he dicho tengo un edificio en la plaza, es la escuela y el ayuntamiento. Me construyeron en 1.899, bajo la fecha había un reloj, que me han robado.
En la planta baja, bancos y suelo embaldosado, allí acordaba el concejo, las decisiones que nos afectaban.
En la primera planta, ascendiendo por una escalera exterior, estaba la escuela: Suelo de tablas, mapas, libros, la mesa del maestro y los pupitres.
Pintadas en las paredes, nombres y fechas, recuerdos de la visita. Tristeza siento cuando ensucias mis paredes. Tristeza me dais aficionados a artistas.
Os he dicho, también, que tenía iglesia y casa para el curato. En una casa de la calle de la plaza, vivía el presbítero. Era beneficiado de la iglesia parroquial de San Martín de San Pedro Manrique, cura de dicho lugar y asistente de la de Peñazcurna. En 1930, se llamaba José Marín Jiménez, y aquí vivía.
La campana y el campanillo, el retablo vendido, las imágenes,... Virgen de los Remedios. La vida y la muerte entre sus muros. Fotos en blanco y negro. Despoblado, abandonado y saqueado. Se me pone un nudo en la garganta y las palabras no me salen.
Me emociono al veros, como se emocionan aquellos que vuelven a sus raíces. Volved mientras podáis, a poder ser acompañados de vuestros hijos y nietos. Esas nuevas generaciones, son las que me dan algo de ilusión. Veis mi leve sonrisa, tras secarme las lágrimas amargas.
Comprendo a aquellos de vosotros que fuisteis incapaces de regresar. Se que me lleváis en la memoria y en el corazón. No tuvisteis suficiente valor, preferisteis conservar la visión de cuando partisteis. Una imagen algo borrosa e idealizada, por el paso del tiempo. La foto en la retina, cuando volvisteis la mirada, al partir por el camino de herradura.
Os contaré que intentaron cambiar mi suerte. Gente venida de muy lejos, de Bélgica, con el propósito de repoblarme. Infructuoso intento por darme vida, era el año 2001 .
Me alegra que acudáis a conocerme. Que recorráis la senda del Linares, para pasar unas horas conmigo. Sed respetuosos, por favor, sed respetuosos conmigo. En esas calles, ahora intransitables, hubo vida. Las piedras caídas que ahora veis, miradlas con detenimiento, son esfuerzo e ilusión pasada. Donde ahora florecen zarzas, endrinos y maleza, antes se oían las risas de los niños.
Los vecinos me conservaban, era cuando de las chimeneas salía humo. Por no tener no tengo, como en otros pueblos, una asociación que me defienda. Sabed que no confió en los políticos y tengo mis motivos. Esos que ahora se suben a la moda de la despoblación. Solo hablan y hablan, del medio rural.
Me dejaron aislada, tras proyectos que nunca fueron realidad. Estoy incomunicada y me cerraron la puerta, con mis hermanos de La Rioja. ¿Qué intereses ocultos y no tan ocultos tienen? Esos incapaces de revertir sobre mí y mis vecinos, parte de lo que con la madera y la caza produzco. Solo quiero comunicaciones dignas, acceso correcto a Internet y las autopistas de la información, tributación reducida y beneficios fiscales.
Me ilusiono, nuevamente me ilusiono. Nuevos pobladores, gente joven, que intentan salvar mi existencia. El respeto por mi parte a sus decisiones de vida, si aún tengo esperanza.
Y de allí partieron y de allí se fueron. Hoy están dando suspiros al tiempo, con su dignidad y sus vivencias. Pocos van quedando. El legado se pierde, la añoranza y el silencio. Nostálgicos que se aferran y trasmiten los recuerdos de un pasado, su pasado. Otros muchos nombres ya llegaron a la mar. Caminos que se desvanecen y sueños en el aire.
.- Rogativa y Novenario que la Villa y tierra sampedrana dedica a Nuestra Señora de la Peña, para obtener agua para sus agostados campos. 31 de mayo – 8 de junio de 1922.
VEA.
José Marín: Párroco. Prudencio Hernández: alcalde. Lucas Hernández: concejal. José Hernández: concejal. Prudencio Hernández: concejal. Martín León: concejal. Domingo León: concejal. Celedonio León: Juez. Alejandro Hernández: Cruz parroquial. Castor Jiménez: pendón. Pedro Jiménez: ramo. Donata Muñoz: estandarte.
Hombres: Melitón Delgado. Escolástico Fernández. Francisco Hernández. Martín Hernández. Domingo Hernández. Fermín Hernández. Hilario Hernández Jiménez. Nicasio Hernández. Faustino Hernández. Tomás Hernández. Matías Hernández. Juan Hernández. Pablo Hernández. Antonio Hernández. Fernando Jiménez. Vicente Jiménez. Victoriano Jiménez. Eulogio Jiménez. Alejandro Jiménez. Inocencio Jiménez. Benito Jiménez, Francisco Jiménez. José Jiménez. Silvano las Heras. Calixto León. Marcelino León. Simón León. Estaban León. Pablo León. Eliberto León. Luis León.
Mamerto León. Faustino Marqués. Francisco Marqués. Domingo Palacios. Pedro Pascual. Domingo Pérez. Justo Pérez. Victoriano Pérez. Pablo Sáez.
Mujeres: Leonarda Blanco. Sebastiana Carrascosa. Flora Hernández. Gregoria Hernández. Juana Hernández. Isabel Hernández. Juana Hernández. Crispina Hernández. Petra Hernández. Patricia Hernández. Andrea Hernández. Felipa Hernández. Blasa Hernández. Justa Jiménez. Benita Jiménez. Claudia Jiménez. Antonia Jiménez. Casimira Jiménez. Catalina León. Francisca León. Petra León. Catalina León. María León. Feliciana León. Casimira León. Francisca León. Julia Martínez. Juana Martínez. Valeriana Pascual. Justa Pascual. Aquilina Pascual. Francisca Palacios. Martina Pérez. Pascuala Redondo.
Crescencio Sánchez-Malo Maestro nacional.
Niños: Silvino Garrido. Bienvenido Fernández. Cayetano Fernández. Jesús Hernández. Fortunato Hernández. Donato Hernández. Carmelo Jiménez. Domingo León. Gregorio León. Celso León. Francisco Pascual. Basilio Palacios. Fidel Palacios. Luciano Sánchez.
Niñas: Natividad Fernández. Petra Hernández. Aurora León. Encarnación León. Nieves León. Victoria León.
Coro de Jóvenes y niñas: Jacoba Hernández. Vicenta Hernández. Margarita Hernández. Ceferina Hernández. Gregoria Hernández. Valeriana Hernández. Ezequiela Hernández. Remedios Jiménez. Juliana Jiménez. Evarista Jiménez. Susana Jiménez. Antonia León. Rosario León. Asunción Ortega. Rufina Palacios. Constantina Pascual. Luciana Pérez.
Que estas líneas y el vídeo del compañero y amigo Luis M. Díaz Marijuan, sean un homenaje a sus memorias.
Amigo Cándido, gracias una vez más por acercarnos a las Tierras Altas que tan bien conoces y quieres. Trasmites un dolor ante un hecho irreversible y atroz: el fin de un pueblo. Ojalá no haya más xasos, pero qué difícil nos lo ponen. Enhorabuena por tu trabajo
ResponderEliminarMuchas gracias María. La muerte de un pueblo es dolorosa, yo diría trágica. Y si yo lo siento así ¿Cómo será para aquellos que cerraron las puertas de sus raíces, para siempre? Creo que Tierras Altas, por diversos motivos, tienen poder de seducción.
ResponderEliminarMaravilloso artículo y desgraciadamente real :(
ResponderEliminarGracias por tu comentario, efectivamente real y frecuente.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho leer y recordar imágenes del pueblo de mi madre. Mi abuela aparece entre los nombres escritos(por aquella época Niña). Saber que hay gente que intenta repoblarlo me alegra aún más.
ResponderEliminarMe alegro que te guste la entrada. Suelo ir a Vea, la ultima vez el mes pasado. Estuve charlando con los nuevos pobladores. Mi abuelo paterno nació allí, de apellidos: "las Heras León".
EliminarMi tía Ana fue maestra en Vea, su primer destino. Sería alrededor del el año 60. Alguien se acuerda?
ResponderEliminarGracias por tu comentario y espero que algún alumno de Ana lo lea y pueda contestarte. Decirte que mi bisabuelo, Juan las Heras Marques, fue desde el año 1872 y durante unos cuarenta años maestro de Vea. Me gustaría saber el curso que estuvo y si fue más de un año, sería de las últimas maestras que ejercieron allí, pues creo que la escuela se cerró en el año 1965.
EliminarFui alumno de Ana Alfageme en la Escuela Pública de Vea y Peñazcurna en el curso 1964-65, último año que estuvo abierta. Mis hermanos y yo la recordamos con mucho cariño porque ella no sólo nos enseñó a leer y a escribir, sino también a tener interés por todos los conocimientos que el mundo ofrece más allá de nuestro pueblo.
EliminarFélix Pérez Calvo, 18 de octubre de 2022, día de San Lucas y fiesta mayor en Vea.
Muchas gracias Félix por el comentario y más coincidiendo con el día de la fiesta mayor del pueblo. En la iglesia había colgado un cuadro de San Lucas, a saber donde andará.
EliminarMis abuelos eran de vea y mi padre y tíos , desgraciadamente se han muerto sin saber nada del pueblo ,cuando les decías que te contarían algo del pueblo lloraban así que no podías sacar el tema ,a mi abuelo le decían cual porque tenía un ojo cerrado. Ami me gustaría saber de vea
ResponderEliminarDuro tuvo que ser abandonar las raíces. Gente como dices fue incapaz de regresar, una única vez volvieron algunos, otros cuantas veces pudieron retornaron con la ilusión como compañera, los hay que dejaron un deseo a los suyos para que sus cenizas las depositarán en el pueblo que les vio nacer, … Duro recorrer andando el camino de San Pedro Manrique a Vea con los recuerdos como compañeros de viaje. Duro contemplar como la naturaleza recupera su terreno y ver piedras en difícil equilibrio.
EliminarTal vez cuando los chopos del Linares amarilleen, cuando un amalgama de colores surcan el paisaje, haciendo la ruta sin prisa y recorriendo el pueblo, encuentres sentido a esas lágrimas que recorrieron las mejillas de los tuyos.
Tal vez unos nombres y apellido en esta entrada, sea un homenaje a su sentir.
Mis abuelos y mi padre y tíos eran de vea
ResponderEliminarMi abuelo paterno también nació en Vea, sus apellidos las Heras León.
EliminarMuy agradecida por tus informes y trabajo..soy descendiente de Vea(León Las Heras) y me satisface leer tus publicaciones.gracias
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Valoro mucho tus palabras, por ser de alguien que tiene sus orígenes en el pueblo de Vea.
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