Placas de militares sorianos fallecidos en la guerra de África (II).

En la anterior entrada hablé de los militares sorianos que lucharon en África y de las ayudas que la Junta Patriótica Soriana les dispensó. Fueron miles de combatientes, españoles y miembros de la policía indígena, los que murieron en tierra marroquí. Muertos en combate, en las descubiertas para realizar las aguadas y poder abastecer a los blocaos, malheridos, hospitalizados en el protectorado y otros evacuados al sur y este de la península, muertos a consecuencia de las heridas de guerra, de enfermedades contraídas o muertos en cautiverio. En noviembre de 1921, hay en África 1.093 soldados sorianos, de ellos se dan como desaparecidos 48, como hospitalizados 12, como fallecidos 7 y como prisionero 1. Son soldados de reemplazo, sin preparación, escasamente pagados, mal alimentados y peor armados. 
La Junta Patriótica de Soria tomó el acuerdo de la colocación en las iglesias, de lápidas homenaje, para todos los hijos de la provincia que hayan muerto luchando en África. Un acuerdo que no distinguía muertes entre las clases sociales, no era preciso presentar el amillaramiento que justifique la pobreza, como para la concesión de donativos y socorros económicos. En julio de este mismo año, ya han sido encargadas, a una acreditada casa de Madrid. En enero de 1923, la Junta Patriótica Provincial ha expuesto en los escaparates de la Libería de don Eugenio las Heras, las preciosas lápidas dedicadas a nuestros soldados fallecidos en la campaña de África. Y se hace un ruego, a los Secretarios de los Ayuntamientos, para que pasen a recogerlas en la Tesorería de dicha Junta, las que se dedican a los militares de sus respectivos pueblos.
Lumías.
La campana de la Audiencia da las doce. Tañidos de otras campanas, las de La Mayor, sonidos de bronce monótonos y lentos. Doblan todas las campanas de la ciudad de Soria, llorando a sus muertos mientras se bendicen las lápidas. Era el 18 de marzo de 1923, dos nombres grabados en mármol. Santiago Sainz Murillo, soldado de infantería de la compañía de Ceriñola, muerto de enfermedad “por la patria” el 16 de septiembre de 1922 y Elias Beltrán Gallegos, Alférez también de infantería, muerto en combate “gloriosamente” el 8 de julio de 1922. 
Era el acto central, el homenaje a los soldados muertos en campaña. En la Diputación provincial autoridades civiles, militares, eclesiásticas, comisiones de entidades y centros docentes. En silencio se escucha el sonido de nombres, de hijos de la provincia, que han fallecido en la última campaña de África. Cuarenta y uno con apellidos, su grado y los pueblos de nacimiento. Discurso del Gobernador Civil, Sr. Mesa de la Peña. Discurso del Dr. Gregorio Calvo en nombre de los familiares. Misa en La Mayor y las lápidas bendecidas se colocan en las iglesias: de El Salvador y La Mayor.
En la provincia ya había comenzado la colocación de placas homenaje. Un ejemplo singular. En febrero de 1923, en el pueblo de Deza, se realiza el solemne acto de colocación de la lápida conmemorativa dedicada al capitán, hijo de la villa, Agustín Aguado Martínez, muerto gloriosamente en la campaña de África. “Se celebró Misa de réquiem por su eterno descanso, y la lápida colocada en la iglesia parroquial fue descubierta con gran solemnidad, asistiendo al acto las Autoridades locales, fuerza de la Guardia civil del puesto y casi todo el vecindario, los niños de las Escuelas con sus profesores, y el señor cura párroco don Pedro Febrel pronunció una plática muy sentida y elocuente alusiva a la conmemoración”.
Agustín era de familia militar. Hijo de Quirico Aguado Manrique, coronel de infantería retirado,  fallecido en Deza el 12 de septiembre de 1930 y de Salvadora Martínez. Cuatro hijos y los cuatro hijos militares. Tres de ellos murieron en tierras africanas. Agustín, capitán  de Regulares de Ceuta, muerto heroicamente en el combate Sebt (Melilla) en octubre de 1921, Quirico, teniente de Infantería ametralladoras, muerto ocho días después de su hermano, en asalto de la Esponja de Taxuda. Y cuerpos sepultados. En julio de 1927, se autorizó la inhumación de sus restos, para trasladarlos a Ceuta. Allí se unieron a los del otro hermano Marcelo, teniente de Regulares de Ceuta, muerto en la vanguardia de la columna Capaz, el día 7 del mes de junio de 1927. Un barco los trasladó hasta Algeciras. Fueron finalmente inhumados, en el cementerio católico de Torrero (Zaragoza), el 25 de julio de 1927. El cuarto hermano Virgilio, comandante sublevado, también falleció en combate, en Sarrión en 1938.
Restos en el cementerio católico de Zaragoza, placa y calle en Deza, el pueblo que le vió nacer, capitán Agustín Aguado.
Hasta febrero de 1923, que se sepa, son 41 los soldados muertos en campaña y 58 los desaparecidos. Por real orden del ministerio de Gracia y Justicia de febrero de 1923 se dicta que a los desaparecidos de la campaña cuando los tristes acontecimientos de Julio de 1921, se les dé ya como fallecidos. Noventa y nueve vidas sesgadas en ese momento, muchos soldados sorianos muertos en el protectorado, cifra que irá aumentando a medida que avance la confrontación. Luto, dolor y pena, ropa negra, mucha ropa negra.
San Pedro Manrique
Otro ejemplo es la crónica que aparece en el Avisador numantino de 28 de abril de 1923. 
"El jueves 19 del corriente se verificó en este pueblo, con la mayor solemnidad, la colocación de una lápida conmemorativa de las que la Junta Patriótica Provincial, dedica a las victimas que en África perdieron la vida en aras de la Patria.
Con la asistencia en pleno de los Ayuntamientos de Neguillas y de Coscurita (matriz) y vecindarios del primero de los pueblos integro, se descubrió la lápida en el atrio de la Iglesia parroquial, en la que consta el nombre de Teótisto Tarancón Garijo, soldado del Regimiento de León, número 38, que en la toma de Tazurut, zona de Larache, sucumbió heroicamente el día 28 de Abril próximo pasado.
El acto resultó conmovedor por demás brotando lagrimas de los concurrentes, al recordar las dotes de inteligencia y honradez que adornaban al fallecido, muy querido entre sus convecinos. 
Con la elocuencia que lo distingue hablo el señor Cura párroco de Escobosa de Almazán, en tonos elevadísimos acerca de los deberes que todos tenemos para con la madre Patria.Desde estas columnas enviamos nuestro pésame a los padres y familiares del pobre soldado muerto en cumplimiento de su obligación. AMAROZ. Neguillas 22-4-23"
Neguillas
Más muertes, más placas, notas en la prensa soriana, actos en la capital y los pueblos. 
Avisador numantino 29 de octubre de 1924.
"Fallecidos en campaña. Nos comunican de Taroda que en las agresiones de los moros a nuestras tropas en África, murieron gloriosamente por la Patria, el día 29 de Septiembre, Benito Jiménez Gallego, soldado del Regimiento de Cazadores de caballería de Taxdir y el día 23 del actual Julián Tarancón, soldado del Regimiento de Burgos, hijos del citado pueblo...." 
Taroda.
Y más ropa negra. 

Maján.

Torreandaluz. Foto Marcos García Barranco.
"PEDRO MINGUEZ BALLANO. SOLDADO DE INFANTERÍA. MUERTO HEROICAMENTE POR LA PATRIA EN LA CAMPAÑA DE ÁFRICA. ROGAD POR ÉL. 12 DE JULIO DE 1925”. 
En la visita que el jefe del Gobierno, General Primo de Rivera realizó a Soria, en agosto de 1927,  también descubre una lápida. Terminada la sesión en la Diputación Provincial, el Jefe del Gobierno, y su comitiva se situó frente al atrio de la Iglesia de San Juan para descubrir una lápida, costeada por la Junta Patriótica, en honor del soldado Venancio Domínguez López, muerto gloriosamente el 13 de septiembre de 1925.

En la Junta Patriótica Soriana existía una subcomisión de propaganda. En las fiestas de agosto de 1921, celebradas en Burgo de Osma, se recaudó una importante cantidad en metálico, pero los fondos recaudados no los administró la Junta provincial. Así lo recordaba la prensa provincial, cuando falleció un soldado de esta localidad, el Porvenir Castellano en febrero de 1922.
“A doña Rosario Pardo, residente en el Burgo de Osma, se le entregarán 125 pesetas. Esta desventurada madre llora en estos momentos la desaparición de su hijo en Monte Arruit artillero Alejandro Lorenzo Pardo.
Ya puede ir viendo el vecindario del Burgo de Osma como a pesar de no haber remitido aquel Ayuntamiento ni una sola peseta para engrosar la Junta Patriótica, esta simpática corporación atiende a los hijos de aquella villa con el mismo cariño que a los demás soldados provincianos.   
Decimos que es el Burgo de Osma el que no ha querido apoyar económicamente a esta Junta Patriótica y tenemos que hacer una observación. 
El honrado vecindario de su agregado Barcebalejo contribuyó brillantemente a tan humanitarios fines, remitiéndonos, a nosotros mismos, el producto de la suscripción”.
Peroniel del Campo. Foto: Josemi Lorenzo.
Las otras placas en las iglesias, una opinión personal. Dionisio Ridruejo Jiménez había nacido en la Villa del Burgo de Osma (Soria) en mil novecientos doce, con ascendencia en Tierras Altas: El Collado y San Andrés de San Pedro.
En 1938  fue nombrado jefe nacional de Propaganda, era conocedor sin duda, de las placas-lápidas de la guerra de África en la provincia. Circunstancia que pudo influirle en la orden por él firmada, de poner las placas de la guerra civil. Marketing y propaganda. Las placas comienzan a colocarse en la zona bajo el mandato franquista, cuando la jefatura del Estado, Francisco Franco, en noviembre de 1938, declara día de luto nacional el 20 de noviembre de cada año, por la muerte de José Antonio Primo de Rivera. El artículo segundo del decreto dice: “Previo acuerdo con las autoridades eclesiásticas, en los muros de cada Parroquia figurará una inscripción que contenga los nombres de sus Caídos, ya en la presente Cruzada, ya victimas de la revolución marxista”.
En Casi unas memorias. Dionisio Ridruejo nos dice:“Fue una decisión de la Junta Política de Falange. Al nombre del jefe debían seguir los de los vecinos de cada localidad muertos en acción de guerra. Era la imitación de algo que ya se había hecho en Francia después del 18. Sí, pero aquello era una guerra internacional y los muertos eran todos franceses. Aquí la cosa resultaría, más pronto o más tarde, cuestión litigiosa y memoria agresiva. Pero como yo tengo la costumbre de confesar mis culpas, no omitiré el dato de que la orden para que aquella medida se cumpliese fue firmada por mí. Así es la vida”.

Ignorancia generalizada de este periodo histórico, sangrienta y olvidada guerra del Rif. Sólo han pasado tres o cuatro generaciones y el luto de la sociedad fue sustituido por otro luto. Militares sublevados contra la Segunda República y guerra incivil.
Fuentelfresno.

2 comentarios:

  1. Bonito relato.Muy interesante y detallado tu segundo trabajo sobre los sorianos fallecidos en la Guerra de África. Veo que las placas están en muy buen estado.

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    1. Gracias Carmen, me alegro que te haya gustado. Referente al estado de las placas decirte que hay de todo, desde las que han desaparecido a otras que se conservan en buen estado.

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