No hace tanto tiempo que se abandonó el pueblo. Su último habitante, Segundo, dio dos vueltas a la cerradura de la puerta, el sonido grave recorrió La Peña, era el año 1978. Un año después, con la total y completa emigración de sus vecinos, se aprobó la incorporación del municipio al de Quiñonería. Pueblo deshabitado y poco a poco pueblo despoblado. La condición humana o la codicia humana entraron en juego. Y ahora la nada.
En la muela a más de 1200 metros, sobre una fortaleza natural, está el pueblo. Fortaleza fronteriza amurallada. Las mejores piedras de fábrica, piedras sillar, han sido robadas lo que ha acelerado su deterioro. Hay pueblos en los que al pisar sobre ellos se siente algo especial, uno de ellos para mí es Peñalcázar. En el aire flota el recuerdo, la memoria del pasado. Tal vez sea por su historia, estuvo poblado desde antiguo, ciudad celtíbera, la romana “Centóbriga”, tal vez el “Alcocer” árabe, villa de realengo, …
Casas, casa de juntas, horno, escuela, fragua, iglesia, ermita, cementerio, frontón, lagar, aljibe, balsa, pósito pío, cuevas de las Brujas y del Viñador, ....
Lleno el baúl de los recuerdos de los que lo habitaron.
Pasea, mira, imagina y siente.
Horno de pan perteneciente a los propios, preciado bien comunal que se encontraba paradójicamente en la calle de la Esperanza. Primero de poya, arrendado en subasta, y luego los vecinos por turno. Horno de pan cocer, leña con esfuerzo trasportada y el sonido de voces femeninas. El sabor de las hogazas y dulces, tal vez tortas de chichorras. El olor de la hornada cociendo o el aroma del pan recién sacado.
La escuela, maestra y alumnos. Retrato de Franco y José Antonio y en medio un crucifijo. Pupitres, la estufa y la mesa del maestro. Enciclopedias, libros y canciones. El pasado.
Miércoles 6 de diciembre de 1978, una pregunta: ¿Aprueba el proyecto de Constitución? “El primer colegio electoral en cerrar por haber votado ya todos los electores ha sido el de la localidad de Peñalcázar (Soria), que ha sido antes de la una de la tarde, tras haber recogido el voto de sus únicos cuatro electores. De los cuatro electores que por cierto residen fuera de la localidad, tres de ellos constituyen la mesa electoral”.
Verás unas paredes sin puertas, nunca estuvo cubierto, es su Cementerio. El corazón se estremece al ver que ni a los muertos se han respetado. Lágrimas de dolor derramadas en otros tiempos, hoy lágrimas de indignación. Tablas de antiguas sepulturas, de su iglesia de San Miguel, como leña para el fuego, y del cementerio hasta lápidas y cruces han desaparecido. Un amargo adiós a nombres y fechas.
Los edificios de la fe católica. Parroquia de San Miguel Arcángel y ermita de San Roque, separadas por las eras de pan trillar. Funciones religiosas para el patrón, el 29 de septiembre, y ermita por los favores recibidos en épocas de pestes y enfermedades, al santo del perro.
La iglesia parroquial de San Miguel de estilo gótico-renacentista, es del siglo XV. Retablo mayor elaborado por Juan de Artiga en 1581, pintado, dorado y estofado por Pedro Ximénez de Santiago en 1596. Hexapétalas y variantes, la flor de la vida y su función protectora, quizás procedentes de monumentos funerarios celtas o romanos. Hoy ruinas, piedras caídas y soledad.
Dos norteamericanos y un suizo, detenidos. Como supuestos autores de objetos de arte han sido detenidos por las fuerzas del puesto de la Guardia Civil de Deza David Makali y Gary Blass comandante y capitán de las fuerzas norteamericanas de la base conjunta hispano-norteamericana de Zaragoza, y Charles Baylan, paisano al parecer de nacionalidad suiza. La aprensión se llevó a cabo en La Quiñonería el 6 de marzo de 1972. Sobre los detenidos pesa la acusación de haber sustraído, al parecer, varios cuadros en las iglesias parroquiales de la Quiñonería y Peñalcázar. (ABC 7 de marzo de 1972).
Luego el expolio continuo. Hoy pórtico desaparecido, tejado en el suelo, las últimas nervaduras a punto de desprenderse del techo, escalera de caracol haciendo equilibrio, el coro sin voces, las campanas, .......
La ermita de San Roque, construcción del siglo XVIII, está al final de la muela. Curiosamente su entrada no está orientada al este, como es norma, anómala orientación para la protección contra los elementos.
Agua y vino. Eran los vecinos convocados, según las exigencias, a trabajos de utilidad común. Azofra para acarrear con las caballerías el agua de la fuente. Reo vecino con el fin de transportar el líquido elemento. En el último cuarto de siglo de XIX se hicieron algunas plantaciones de viñedos. Tuvieron que construir un tino, lagar para uva, para ello aprovecharon una de las paredes de la torre vigía.
Agricultura y ganadería. Canteras y minas. Títulos de propiedad de criaderos de galena argentífera.
En 1846, se constituyó la Sociedad titulada "Buen Deseo, primera de Almazán" al objeto de explotar la mina llamada de Nuestra Señora de la Peña, sita en el punto denominado Fuente de la plata. Luego vinieron en 1872 la mina "Desengaño", otra concesión en 1882 con el nombre de "Virgilia", y ese mismo año el título de propiedad de otra mina "La nueva Linares".
Otra sociedad "La Exactitud", se formó al objeto de explotar las minas de plomo: Eloisa y el Globo. Existió una fábrica de fundición de minerales titulada La Cruz, con varios hornos, almacenes, edificios, máquinas ya que tenía arrendadas estas dos minas de plomo argentífero. Se suspendieron los trabajos a causa de grandes inundaciones en los pozos.
Explotadas durante cuarenta años de forma ininterrumpida. Después la decadencia, comercializadas de forma no continuada. Los últimos intentos por sacarles provecho fueron a principios del XX con la "Sociedad Anónima Plomífera de Peñalcázar" y ya en los años setenta del siglo pasado, la "Sociedad Minero metalúrgica de Peñalcázar". Las dificultades y los malos resultados supusieron su abandono.
Colonia agrícola de Santa Bárbara, caserío de la fábrica de fundición de minerales, caserío rural. Peña de Alcázar fue un pueblo próspero, a mediados del XIX contaba con sesenta casas y doscientos sesenta y seis habitantes. En 1868 en la producción de plomo en las minas Globo, Eloísa y Nuestra Señora de la Peña ocupaban a unas cien personas.
En abril de 2008 ya existió una Proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista de las Cortes de Castilla y León para su debate y votación ante la Comisión Cultura y Turismo, “Las Cortes de Castilla y León instan a la Junta de Castilla y León a elaborar un inventario de las ruinas de los diversos bienes que existen el Peñálcazar y restaurar en lo posible el castillo, las murallas y la iglesia y ermita, con el fin de poner en valor este despoblado que sirva de reclamo turístico para la comarca de Gómara.”
En noviembre de 2013, don Félix Lavilla Martínez, Diputado por Soria, perteneciente al Grupo Parlamentario Socialista del Congreso, dirige a la Mesa del Congreso de los Diputados, la siguiente pregunta para que le sea contestada por escrito. ¿Qué medidas concretas, en colaboración con las instituciones que corresponda, se van a llevar a cabo para la restauración de "Peñalcázar, pueblo ahora deshabitado en la cima y que tuvo una relevancia histórica" en riesgo de desaparición, para evitar su deterioro? Detallar plazos, gestiones e inversiones, con especial detalle de los que se estudie incluir en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado del año 2014.
Lo que no mejora empeora. Consolidación urgente para que se detenga ese deterioro progresivo. Limpieza y acondicionamiento del entorno de la fuente. Proyectos sin duda para La Peña de Alcázar han existido y existirán, aunque quizás lleguen tarde. Sería necesario facilitar el acceso, abastecimiento de agua, la instalación de luz y nuevas tecnologías.
Con el paso del tiempo, el recuerdo se desvanece y la esperanza desaparece.
Me da mucha pena ver el estado de Peñalcazar, cuando yo la visite hace más de una veintena de años, en la iglesia las tumbas estaban intactas, se r podía subir al campanario y existían aún las campanas y existían muchas casas bastantes casas en condiciones, no he vuelto a subir que después de su historia haya acabado en estas condiciones como otros castillos, pueblos e iglesias , la historia debe se ha de conservar, ya q es nuestro pasado.
ResponderEliminarAsí es, da mucha pena contemplar la decadencia de un pueblo único. Si vuelves solo verás ruinas, piedras que difícilmente se mantienen en equilibrio. Se puede imaginar el expolio continuado que comenzó poco después que el último habitante cerró con llave la puerta de su casa. Cuando camino por pueblos deshabitados siempre tengo presente que son pueblos con historias de vida, pero La Peña es un pueblo en el que además se siente la HISTORIA en mayúsculas.
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